Las emisiones antropogénicas de CO2, además de provocar el calentamiento global, alteran la química de las aguas de los mares y océanos, conduciéndolas hacia una progresiva acidificación. Este cambio conlleva importantes repercusiones para los organismos y ecosistemas marinos. Un estudio internacional publicado en el último número de la revista Science concluye que, a lo largo de los últimos 300 millones de años, la química oceánica ha sufrido profundos cambios, aunque ninguno de ellos parece haber sido a la vez tan rápido, de tanta magnitud y tan global como el que está ocurriendo en la actualidad.
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